Psicoeducación
La mayoría de los modelos psicoterapéuticos contienen elementos de educación o información, a menudo en la fase introductoria de la terapia. Incluso cuando no se pone el acento en este elemento – como es el caso, por ejemplo, de la terapia psicodinámica clásica – todavía está ahí en tanto que la terapeuta provee cierta cantidad de información sobre el procedimiento que irá siguiendo, y qué espera de su cliente. En la mayoría de las variantes de la terapia cognitivo-conductual (CBT), la psicoeducación es, sin embargo, llevada a ser crucial en el tratamiento, tanto de manera procedimental como en otras áreas fenomenológicas que se supone que son importantes para ello. En la terapia cognitiva clásica, se da mucha importancia a que el cliente esté informado sobre qué esperar, o “socializar al cliente al modelo” (Young, Rygh, Weinberger, & Beck, 2014). Lo mismo se aplica a la terapia de exposición (Neudeck & Einsle, 2012): al cliente se le da una descripción del proceso terapéutico y las razones tras él. Pero la instrucción se da en otras cosas también. La información directa sobre qué es la ansiedad y el lugar natural que ocupa en la psicología humana está incluida en todos los tipos de CBT para desórdenes de ansiedad (Craske & Barlow, 2014). Alguna forma de “escuela de afecto” es también común (Mennin, Ellard, Fresco & Gross, 2013); Payne et al., 2014). En la terapia de comportamiento dialéctica (DBT), mucho del entrenamiento de habilidad de grupo es pura enseñanza (Linehan, 2015). Dos de los modelos terapéutos que tienen el mejor apoyo empírico para tratar la depresión – activación de comportamiento (Martell, Addis & Jacobson, 2001) y terapia interpersonal (Weissman, MArkowitz, & Klerman, 2000) – incluyen enseñanza sobre los mecanismos que hay tras los estados depresivos. En la terapia de esquema, se enseña a los clientes acerca del esquema (Young, Klosko & Weishaar, 2003). E incluso si el componente de educación de la terapia psicodinámica clásica es relativamente pequeño, no lo es tanto en sus formas más modernas. Tanto el tratamiento para fobia de afecto (McCullough, Kuhn, Andrews, Kaplan, Wolf & Landa Hurley, 2003) y el tratamiento baso en mentalización (Bateman & Fonagy, 2006) tienen una cualidad psicoeducativa distintiva. ACT alerta contra alguna instrucción y formación formal sobre la base de que puede llevar fácilmente a trampas lingüísticas, y enfatiza aspectos más experimentales de aprendizaje, pero esto también puede ser visto como una forma de educación, no obstante, vía elementos más experienciales que directamente instructivos de la terapia.
Traducción del capítulo de Tõrneke:
Parte Dos: Las Metáforas como Herramientas Terapéuticas