Sin embargo, hay estrategias que puedes incorporar en tu rutina para ayudarte a manejar los síntomas de la depresión y mejorar tu bienestar general. En este artículo, exploraremos algunas tácticas efectivas para enfrentar la depresión día a día.
Una rutina estructurada puede brindarte una sensación de control y normalidad. Intenta organizar tus días con horarios regulares para levantarte, comer, trabajar y descansar. Esto puede ayudar a reducir la inercia que a menudo acompaña a la depresión ya mantenerte en movimiento. Incluso romper la rutina de la mañana sería un comienzo.
Por ejemplo: si te levantas y vas directo a desayunar por ejemplo, te animo a que prepares el café y lo tomes en tu terraza si el tiempo lo permite, o que tomando el café pongas alguna canción que te de algo de energía o incluso sientas que tu cuerpo se mueve cuando la escuchas.
El ejercicio es una herramienta poderosa para combatir la depresión. La actividad física libera endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad". Intenta incorporar al menos 30 minutos de actividad moderada en tu día, ya sea caminando, haciendo yoga o practicando deportes. Encuentra una actividad que disfrutes; Esto facilitará que te mantengas comprometido.
Por ejemplo, si llevas mucho tiempo sin moverte puedes empezar por salir de la puerta de tu casa y bajar y subir un piso, al día siguiente podrían ser dos. Hacer algo es hacer mucho para salir del hoyo y dejar de cavar en el agujero.
Lo que viene puede influir en tu estado de ánimo. Incorporar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas y granos enteros puede tener un impacto positivo en cómo te sientes.
Por ejemplo. Trata de evitar alimentos ultraprocesados y si tomas muchos intenta reducirlos gradualmente, empezar por un buen desayuno ayudará a tu organismo a darte la energía y el ánimo que te falta.
Cuando la depresión se apodera de ti, puede parecer desalentador enfrentarte a tareas grandes. En su lugar, establece objetivos pequeños y realistas. Completar incluso las tareas más sencillas puede proporcionarte un sentido de logro y motivarte a seguir adelante.
Por ejemplo, hacer un desayuno más saludable, salir de casa antes de las 12 de la mañana y dar una vuelta a la manzana, darte un baño relajante y ponerte una ropa agradable a la piel, enviar un mensaje de cariño, ver una serie divertida, etc.
Aislarse es común en la depresión, pero conectarse con amigos y familiares es fundamental. Haz un esfuerzo por socializar, incluso si solo es por un corto período. Las interacciones significativas pueden brindarte apoyo emocional y hacer que te sientas menos solo en tu lucha.
Tomar el tiempo para practicar mindfulness o meditación puede ayudar a reducir la ansiedad y la depresión. Estas técnicas fomentan una mayor conciencia del presente, lo que puede ayudar a manejar mejor los pensamientos negativos. Considera que dedicar unos minutos al día puede hacer cambiar tu cerebro y que él juegue a tu favor.
Te dejo aquí una web de unos colegas argentinos con unos audios de mindfulness de mucha calidad:
https://grupoact.com.ar/recursos/audios/
Lleva un diario de gratitud te ayuda a centrarte en lo positivo en tu vida, incluso durante momentos difíciles. Cada día, anota tres cosas por las que estés agradecido. Esto puede cambiar tu perspectiva y ayudarte a verlo desde otro lado.
Si sientes que tu depresión se vuelve abrumadora, no dudes en buscar ayuda profesional. Un psicólogo o terapeuta puede brindarte las herramientas y el soporte que necesitas para manejar tus síntomas de forma efectiva. No estás solo en esto, y hay recursos disponibles para ti.
Manejar la depresión en tu día a día puede ser un desafío, pero incorporar estas estrategias puede hacer una diferencia significativa en tu bienestar emocional. Recuerda que es normal tener días buenos y malos; lo importante es seguir avanzando. No dudes en buscar ayuda si la necesitas.
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Verónica Mayado
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