Quizá conoces esa sensación: una mezcla de nerviosismo, de tensión casi pegajosa, que parece aumentar cuando estás en casa. Aunque parezca contradictorio, muchas veces, el lugar donde deberíamos sentirnos más seguros se convierte en un espacio donde los pensamientos ansiosos encuentran terreno fértil.
La buena noticia es que, con algunos cambios y estrategias, puedes aprender a gestionar esa ansiedad desde la comodidad de tu hogar, de forma práctica y accesible. Hoy quiero compartir contigo algunas técnicas de terapia online que pueden marcar una gran diferencia.
¿Qué es la ansiedad y por qué se intensifica en casa?
La ansiedad es una reacción natural que tenemos los humanos para protegernos de amenazas. Sin embargo, ¿qué pasa cuando esa “alerta” se activa constantemente, incluso en tu propio salón? La respuesta está en que la ansiedad puede hacer de cualquier rincón su espacio ideal, especialmente si pasas mucho tiempo en casa o llevas la oficina al comedor. Estos ambientes personales pueden reforzar la idea de que no hay escapatoria, intensificando los pensamientos ansiosos.
Por ejemplo, imagina que estás en el sofá, con una sensación de inquietud que no sabes de dónde viene. Quizá se debe a una tarea pendiente, a una conversación que te preocupa o, simplemente, a que tu mente se ha acostumbrado a buscar problemas, incluso donde no los hay. El primer paso es reconocer esa sensación sin juzgarla. No se trata de “resolver” la ansiedad de inmediato, sino de observar cómo aparece y en qué situaciones tiende a intensificarse.
¿Por qué en casa? Estar en tu hogar puede darte la ilusión de “no tener escapatoria” de tus pensamientos. A diferencia de una oficina o de un espacio público, donde hay distracciones externas, el hogar te enfrenta a tu propio ritmo mental. Y, si tu mente ya está predispuesta a la ansiedad, es fácil caer en una espiral de pensamientos sin pausa.
A continuación, quiero compartir algunas técnicas sencillas que puedes empezar a practicar hoy mismo, y que forman parte de enfoques eficaces para la ansiedad en la terapia online. Cada técnica está pensada para que sea fácil de integrar en tu día a día.
Si sientes que la ansiedad se ha vuelto una compañera demasiado persistente, el apoyo profesional puede ser una gran ayuda. Quizá pienses que la terapia online no es lo mismo que la presencial, y es cierto que hay diferencias. Sin embargo, estudios han demostrado que las sesiones virtuales pueden ser igual de efectivas que las presenciales para tratar la ansiedad y el estrés. Además, la terapia online aporta una ventaja: puedes trabajar tus emociones en el mismo lugar donde pasas tanto tiempo, lo cual te permite aplicar lo aprendido de inmediato en tu entorno cotidiano.
En terapia, a menudo usamos la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), que se enfoca en ayudarte a aceptar los pensamientos sin dejar que controlen tu vida. En lugar de luchar contra la ansiedad, este enfoque te permite observarla, comprender de dónde viene y tomar decisiones que te acerquen a lo que realmente quieres. Por ejemplo, si el miedo a fallar es algo que aparece de forma frecuente, podemos trabajar en estrategias para relacionarte con esa emoción sin que te paralice. Es un proceso que busca fortalecer tu flexibilidad emocional.
Además, el contacto con un profesional te brinda un espacio seguro y sin juicio para expresar tus preocupaciones y aprender a gestionarlas desde una perspectiva práctica. No estás solo, y la ayuda que recibes puede marcar una gran diferencia en tu bienestar general.
Voy a dejarte algunas preguntas y ejercicios que puedes probar en momentos donde sientas que la ansiedad te sobrepasa. Son sencillos, pero efectivos, y pueden ayudarte a reconectar contigo y a encontrar calma en esos momentos difíciles.
Cuando te asalten pensamientos de preocupación, intenta hacerte estas preguntas:
Estas preguntas pueden ayudarte a ver tus pensamientos desde una perspectiva más objetiva y a reducir el peso de las preocupaciones.
A veces, la ansiedad crece cuando nos sentimos “estancados” o que no estamos progresando. Cada noche, escribe tres pequeñas cosas que lograste durante el día, por insignificantes que te parezcan. Puede ser algo como haber salido a caminar, haber preparado una comida que te gusta o haber dedicado un momento a respirar profundamente. Esta práctica te ayudará a valorar tus esfuerzos y a mantener una sensación de progreso.
Cuando sientas que la ansiedad te supera, intenta imaginar un lugar en el que te sientas seguro y en calma. Puede ser una playa, una montaña o incluso una habitación tranquila. Cierra los ojos, respira profundamente y visualiza los detalles de ese lugar. ¿Cómo es? ¿Qué sonidos y aromas hay? Este ejercicio te permite crear una “pausa” mental y desconectar del ciclo ansioso, aunque sea por unos minutos.
Con estos consejos, espero haberte dado herramientas prácticas que puedes empezar a aplicar desde casa. Recuerda que la ansiedad, aunque incómoda, es una respuesta humana y que no tienes que enfrentarla solo. La ayuda profesional, las técnicas simples y la práctica diaria pueden darte el alivio que buscas y ayudarte a vivir de forma más tranquila.
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